El Espacio Deportivo-Cultural se sitúa entre dos mundos, el natural y el urbano. Su posición limítrofe hace que el proyecto tenga que dar respuesta a dos situaciones opuestas: la localidad de Gallarta que crece a lo largo de un eje rodado y una lengua de suelo agrícola dispuesta en perpendicular al crecimiento urbano.

La propuesta sirve como puerta entre estos dos mundos y como final de cada uno de ellos. La transición se produce a través de un límite dinámico y complejo que incorpora programa y actividades. Ha de ser versátil y capaz de asumir los cambios de uso. Este límite por tanto ya no puede ser una línea, se ha dilatado y se ha convertido en el área de estudio.

El proyecto funciona como nexo de unión que ha asumido características de los dos elementos que lo rodean. Se coge al tejido urbano a través de la disposición de las tres piezas satélites (paquetes deportivos y culturales) que remiten tanto al Ayuntamiento de Abanto-Zierbana y el espacio público que libera como a las construcciones cercanas. El vínculo con el Ayuntamiento permite una conexión directa con el eje rodado respetando la configuración de todos los equipamientos de la zona que se sitúan a lo largo de la vía. La relación con el mundo natural se produce al situar la pieza central como final de la zona agrícola y al dotarla de una escala reducida en su punto de contacto. Las grandes aberturas vidriadas introducen la naturaleza en el interior, generando un mundo de reflejos y colores.

Una centralidad y tres satélites

La centralidad es la característica principal de la pieza central, ésta es un atributo que hace referencia a la posición estructural de la pieza respecto al conjunto. Los elementos centrales ocupan su posición por su contribución a los satélites. La centralidad es imprescindible para el funcionamiento del sistema, sirve como conglomerantes, articula las piezas que se sitúan a su alrededor y dota al conjunto de consistencia. Las características de la centralidad hacen que asuma funciones para dotar a los satélites de mayor libertad.

La centralidad es el elemento generador de la propuesta, cohesiona a los satélites y sirve de pieza de transición entre la ciudad y el suelo agrícola. Es una pieza extrovertida de conexión que acoge en su planta inferior un programa versátil como es el gimnasio y la cafetería. La cubierta de este elemento es una gran plaza pública en rampa que permite diferentes usos (conciertos, exposiciones, espectáculos, etc.).

Los tres satélites acogen el programa más condicionado por las medidas normativas (pista de frontón, pista polideportiva y centro cultural) e incluyen los usos complementarios (núcleos, vestuarios, almacenes, servicios, etc.) en una doble piel que le da grosor. Son piezas principalmente introvertidas y que sólo se abren al exterior puntualmente para resaltar elementos del entorno. La luz cenital que reciben responde a un sistema de lucernarios que recrea la idea de centralidad: a medida que se alejan del epicentro cada vez hay menos lucernarios, garantizando el nivel correcto de iluminación interior.

La propuesta para el ‘Espacio Deportivo-Cultural Municipal en las instalaciones del campo de fútbol Federico Valbuena’ responde a los dos estímulos que tiene a su alrededor, naturaleza y ciudad. Es, por tanto, un edificio límite que reacciona su entorno.

El Espacio Deportivo-Cultural se divide en cuatro piezas, una centralidad y tres satélites. Cada una de estas piezas es autónoma y autosuficiente: contiene los elementos programáticos y funcionales necesarios para que su ejecución se pueda producir por fases. El elemento central es el que dota al conjunto de coherencia. Su posición conecta a los tres satélites y complementa los usos de estos.

Los usos se dividen por plantas. La planta que desciende en rampa desde el nivel de la calle es para el público, desde el espacio central se puede acceder a todas las zonas de gradas. La planta inferior es para los deportistas, ésta incluye todos los servicios necesarios para que el público pueda disfrutar de las actividades deportivas.

división en sección: planta público - planta deportistas

En los espectáculos hay una parte que el espectador ve y otra que no. El espacio visible es donde se desarrolla la acción y donde el espectador centra su atención. Hay otra parte que se esconde a los ojos, se trata de la zona de producción que incluye todos los elementos que complementan al espacio principal. Hay una clara división entre las zonas donde se prepara y en las que se produce el espectáculo.

El proyecto se compone de dos plantas, esta división responde a los usos. La planta superior que recoge la cota de la calle es la cota del público. Consiste en la cubierta de la pieza central. Es un espacio que sitúa la visión a una cota superior de la habitual, esto cambia la apreciación del entorno: el ojo se libera de la relación con el suelo y se introduce en las copas de los árboles. Se trata de una relación contemplativa tanto con la naturaleza como con el deporte y la cultura. Esta gran plaza es de libre acceso y permite todo tipo de actividades en ella: exposiciones al aire libre, conciertos, etc.

La planta inferior es la de acceso restringido, es la planta de los deportistas y la que da acceso a la zona de talleres. En ella encontramos todo lo necesario para que el deporte se pueda producir (vestuarios, almacenes, servicios, etc.), aparte de zonas donde se realizan actividades concretas (tiragomas, spa, talleres, etc.). Al ser un espacio restringido, sólo se puede acceder a ella si vas a hacer deporte u otra actividad similar. Es una planta que pertenece al plano de la tierra y la naturaleza: la visión hacia el exterior se produce a través de los troncos. La relación con la naturaleza es activa, en ella se producen actividades exteriores.

La propuesta ‘Centralidad Dinámica’ para el ‘Espacio Deportivo-Cultural’ plantea una solución que responde adecuadamente a los impulsos que recibe de su entorno, que permite una construcción en fases por su morfología y propone una disposición de los usos que facilitan el funcionamiento del conjunto.